FRANCISCO CUMBICUS: SÍMBOLO DE LIBERACIÓN.

Por: CÉSAR CORREA

El 2 de julio de 1970 (pocos días después de que Velasco Ibarra se declarara dictador), por la mañana, los precaristas de la hacienda Usaime, del cantón Calvas, comenzaron a reunirse cerca de la escuela, atendiendo a un llamado que les hicieran las autoridades militares. A la hora fijada en la citación llegaron un Sargento y varios soldados. El jefe ordenó a los campesinos que se sentaran en el suelo y preguntó por Francisco Cumbicus. Uno de los trabajadores se puso de pie y vio que le apuntaban con una ametralladora; hizo el intento de huir al mismo tiempo que se levantaron otros campesinos para protegerlo cubriéndolo con sus cuerpos, pero todo fue inútil, pues, antes de que diera 3 pasos recibió una ráfaga de metralla y cayó muerto. Un hermano de Francisco Cumbicus se lanzó contra el que disparaba, con el ánimo de desarmarlo y cuando estuvo a punto de lograrlo, otros soldados le dispararon e hirieron. Luego los militares se llevaron el cadáver de Francisco Cumbicus y a su hermano herido. El cadáver no fue devuelto jamás y se desconoce el lugar donde se encuentra; el herido pasó del hospital a la cárcel de Loja donde permaneció largo tiempo. Los campesinos de Usaime quedaron sin dirigente y cesaron por un tiempo en sus reclamaciones de tierras. Francisco Cumbicus había previsto su muerte, la anunció a uno de sus sobrinos y lo convocó para que continuara la lucha. Hoy Ángel Benigno Sánchez cumple el deseo de su extraordinario tío, los ha reorganizado a sus compañeros e impulsa la organización de los campesinos en toda la provincia. Con Francisco Cumbicus los campesinos de Calvas reconquistaron su dignidad para siempre y decidieron luchar por su libertad hasta alcanzarla. FRANCISCO CUMBICUS nació en Usaime y allí vivía trabajando como precarista. Estudió solamente hasta cuarto grado en la escuela unitaria del lugar. Dotado de una gran inteligencia, sumamente generoso, llevó una vida ejemplar y condujo a su pueblo por el camino de la liberación. Sintió como propia la desgracia de todos los compañeros y se consagró a ayudarlos. Por los años 60 se dedicó incansablemente a organizar a los campesinos y a prepararse intelectualmente para orientarlos mejor. Afanosamente buscaba la ayuda que consideraba indispensable y casi siempre descubría donde podía encontrarla. Pronto los campesinos comenzaron a seguirlo y ya era todo un líder cuando la sequía azotó la provincia. Francisco pudo haber emigrado con su familia para evitar las terribles consecuencias del flagelo, pero no hizo así y se quedó para socorrer a los demás. Los campesinos de Calvas saben bien y recuerdan perfectamente, que nadie les ayudó mejor en aquellos aciagos días que Francisco Cumbicus, quien cuantas veces podía llegaba a las haciendas cargado de víveres conseguidos en la ciudad y los repartía proporcionalmente; cuando los campesinos ya lo veían acercarse por el camino, salían a recibirlo llenos de esperanza y poco a poco un gran número de personas se reunían junto a él, a recibir una porción de alimentos para aplacar el hambre de sus familias.
Pero Francisco no se contentó nunca con hacer los donativos porque sabía que esa no era la solución, sino que se levantó contra la injusticia, contra la mala distribución de la tierra y se convirtió en un gran abanderado de la reforma agraria. Por eso las clases dominantes de Cariamanga lo sentenciaron a muerte.
La Historia oficial, encargada de tergiversar la realidad y de acomodarla de acuerdo con los intereses de las clases dominantes, nos dice que solamente los explotadores son capaces de producir hombres ilustres e intencionalmente condena al olvido a los hombres sobresalientes de las clases trabajadoras, o cuando no puede hacerlo, los presenta como malandrines y bandoleros. Es necesario establecer la verdadera historia, destruyendo los mitos creados malintencionadamente, según los cuales pasan por héroes individuos vulgares que no tuvieron más mérito que el de heredar una fortuna y el derecho a ocupar los altos cargos públicos. Y hay que resaltar los verdaderos valores que ha producido nuestra tierra. Cumplo con el ineludible deber de no permitir que se olvide o se denigre la vida de un lojano verdaderamente ilustre.

(Reproducido del diario EL MUNDO de la ciudad de Loja, del 18 de noviembre de 1977)

HISTORIA POSTERIOR

Con su lucha los arrimados de la hacienda Usaime consiguieron convertirse en propietarios de la misma. Son 600 hectáreas, buena parte de ellas con riego.
PREDESUR, en la administración de José Bolívar Castillo, a exigencia de la FEDERACIÓN DE TRABAJADORES “FRANCISCO CUMBICUS”, invirtió en la hacienda Usaime, haciendo la instalación de tubería para regar todas las 600 hectáreas por aspersión.
Era evidente que con el riego por aspersión la explotación agrícola de Usaime les cambiaría la suerte a los campesinos, llevándolos a la prosperidad, y que con este ejemplo, los campesinos de las demás haciendas iban a reclamar instalaciones similares para sus tierras, con lo que adquirirían un poder económico que los pondría en condiciones de controlar el cantón Calvas y desplazar a los peluconcitos, patricios o “blancos” de Cariamanga.
Entró entonces en juego la maldad y la perversidad de los ex hacendados, que no sabían el momento de tomarse la revancha por la pérdida de sus haciendas. Cuando los campesinos copropietarios de la hacienda Usaime salían a Cariamanga les repetían hasta el cansancio que PREDESUR había hecho esas instalaciones con el propósito de quitarles la propiedad a los campesinos y pasarla a manos del Estado. Tanto les repitieron la mentira que finalmente los asustaron y los hicieron que se distanciaran de PREDESUR, que se negaran a recibir el asesoramiento técnico para usar el sistema de riego por aspersión y para introducir cultivos permanentes.
La desgracia se completó con el triunfo de León Febres Cordero y sus posturas neoliberales. Se cambió la administración de PREDESUR y se impuso el viejo criterio liberal de que el Estado no debe intervenir para fomentar la producción. Con tal argumentación dijeron que no era procedente la ayuda dada a los campesinos de la hacienda Usaime, emitiéndose la orden de que se desmantele toda la instalación.
Empleados de PREDESUR llegaron un día a la hacienda Usaime y con el visto bueno de los campesinos procedieron a sacar toda la tubería y se la llevaron, de acuerdo con informaciones aún no confirmadas, a tenerla apilada en Quilanga, sin utilidad alguna, desperdiciándose el recurso.
LA FEDERACIÓN DE TRABAJADORES “FRANCISCO CUMBICUS” TIENE QUE RETOMAR AHORA SU TESIS DE LA REFORMA AGRARIA, para que los campesinos tengan la posibilidad de tener tierra y de cultivarla técnicamente.
MAYO DE 2007.